Una evocadora maceta ovalada del período Nakawatari de la China antigua (c. 1800-1911), admirada en Japón por su serena elegancia y refinada elaboración. El esmalte oscila entre el azul profundo y el marrón cálido, creando una superficie suave y envejecida que se adapta con igual gracia a composiciones de hojas anchas o coníferas.
Tenga en cuenta el estado con total claridad: le falta una pata y tiene una grieta importante en un lateral . Estos defectos son evidentes y se reconocen plenamente; de ellos depende el precio. Si esta pieza estuviera intacta, su precio en el mercado actual de auténtica cerámica Nakawatari sería mucho mayor .
Para el entendido que valora la procedencia y el wabi-sabi, esta vasija aún ofrece dignidad, antigüedad y atmósfera: un escenario digno para un árbol que cuenta su propia y larga historia.